"Proponer algo un poco menos aceptable para luego trasladar tu idea hasta el campo aceptable."
Dicho de otro modo, si queremos vender una idea más o menos radical y que la gente no nos coma de primeras, soltamos primero una bravada y luego suavizamos, como si hubiésemos reculado y ahora fuésemos más moderados, aunque la idea sea la misma que habíamos pensado originalmente, pero "acolchada".
Como ya habrás deducido, esto se usa en la política y en las empresas.
Ejemplo 1: El IPC ha subido un 4% y se deja correr el rumor que se van a congelar los salarios. La gente se encrespa como es lógico, luego nos dicen que se hace un esfuerzo y se suben entre un 1% y un 3%.
La gente se lo toma como una victoria, como si hubiesen reculado por la presión social y la mayoría se conforman y contentan.
Ejemplo 2: Le quitan la paga extra a los funcionarios, pero la retención es la misma que si la cobraran. Más tarde se anuncia que se devolverá lo que se ha retenido de más (que nunca se debió retener, de hecho la única devolución "legal" sería con los intereses devengados).
La gente se "alegra" más que si nunca les hubiesen retenido lo que nunca se debió retener.
Ejemplo 3: Participaciones preferentes. Primero no se aseguran devoluciones del dinero "invertido", después parece que se recula y se ofrece un porcentaje inferior al 100% de lo que se ha "invertido", que se había vendido como algo idéntico a un depósito a n años con una alta rentabilidad con el que no habría problema a la hora de recuperarlo.
En este caso, ya entra en juego la necesidad que tiene la gente de recuperar lo antes posible al menos parte de sus ahorros.
Lo mismo con las privatizaciones, si se hacen de golpe, la gente puede explotar, pero paulativamente, aquí no pasa nada, o por lo menos mucho menos de lo que debería.
Si luego además, sales anunciando a bombo y platillo que eres comprensivo con el esfuerzo de la gente, mientras sigues actúando igual, hasta ganas puntos.
El ser humano sin ética ni escrúpulos es "extraordinario"...