Hace unas semanas llegó a mí poder un interesante pdf, "Cómo
no ser elegidos en una selección de personal (y viceversa)" que os dejo
por aquí para que lo descarguéis.
Antes de empezar a "rajar", comentar
que me ha parecido un documento entretenido, bien redactado y desgraciadamente
refleja bastante bien la realidad en los procesos de selección.
Ya que el libro va de "impresiones" lo primero que
comentaré es lo superficial y cómoda que me parece la visión del seleccionador
(no me refiero a Vicente del Bosque, en este caso). Lo que no excluye que vaya
a hacer algo parecido pero con otra visión durante la redacción de esta
entrada.
Tampoco acabo de entender que se valore mentir (bueno,
mentir "bien" que casi es peor, puesto que denota una total falta de
ética y escrúpulos). Por ejemplo, cito literalmente:
"Seleccionador:
¿Qué opinión le merece la política fiscal del Gobierno?
Candidato:
Podría responder que carezco de suficientes datos y que, por lo tanto, no tengo
una opinión formada. Pero eso no pasaría de ser una respuesta políticamente
correcta y daría la impresión de no tener un criterio formado. Quiero pensar
que todos los Gobiernos pretenden el bien común. Es su obligación. Cierto es
que en la práctica no siempre se percibe así por todos los ciudadanos. Es
lícito que cada uno tenga una opinión propia. La actual situación parece
difícil y cualquier política será discutida. Los resultados dirán si las decisiones
tomadas son acertadas.
Escritor:
Es una respuesta diplomática, aparentemente no elude contestar una pregunta
comprometida. El candidato será calificado positivamente."
Diplomática
no es la palabra. El candidato no se ha mojado, simplemente ha lanzado un bote
de humo para no decir absolutamente nada y perder cinco minutos. Si se presenta
a un puesto de portavoz del gobierno, es el candidato perfecto. Sino pues
podría ser el típico trabajador que no sabe resolver un problema y antes de
decir "no tengo ni idea" o "no soy capaz de tomar una decisión o
manifestar una opinión", te hace perder tiempo (el de él posiblemente sea
menos valioso -que desde luego no es lo mismo que cobrar menos la hora- y
productivo que el tuyo). Curiosamente, este tipo de trabajadores suelen llegar
muy lejos por su aparente diplomacia (en realidad falta de liderazgo y
temerosos (precavidos, no) de manifestar sus opiniones).
Cuando hablo de manifestar opiniones me refiero a un diálogo "no agresivo" pero siendo transparentes, porque aunque se crea que ocultar ciertos detalles valiosos es una habilidad inteligente, a medio y largo plazo acaba siendo una carga que frecuentemente es difícil de justificar y que se acaba absorbiendo.
Cuando hablo de manifestar opiniones me refiero a un diálogo "no agresivo" pero siendo transparentes, porque aunque se crea que ocultar ciertos detalles valiosos es una habilidad inteligente, a medio y largo plazo acaba siendo una carga que frecuentemente es difícil de justificar y que se acaba absorbiendo.
Cito
otra perla:
"Generalmente
bastarán cinco minutos para que un buen entrevistador, ayudado por el
nerviosismo del candidato, descubra que no somos sinceros".
Coincido,
siempre y cuando el que acude a la entrevista es una persona sincera e intenta
ocultar torpemente algún tema que no desea que salga a la luz en la entrevista.
Pero desde luego, discrepo en el caso de personas sin ética que anteponen siempre
el dinero a sus principios. Dudo que tengan problema alguno para "engañar"
al entrevistador, ya que los entrevistadores mediocres (pueden seguir siéndolo
aunque lleven a sus espaldas miles de entrevistas si no aprenden de sus
fracasos) los percibirán como gente con liderazgo, carismática y con labia.
Aunque
a ojos de otra gente, en la que me incluyo, dichos candidatos sean charlatanes que ni curran ni
son productivos, pero habitualmente con unas ventajas laborales envidiables.
Otro
punto interesante:
"Se
dice que un 40% de los currículos que se reciben contienen datos erróneos o que
no son verdaderos"
Correcto.
La gente que no mentimos en el currículo estamos en clara desventaja si el
seleccionador no se molesta en contrastarlo o lo detectan tarde. Actualmente se
valora más ornamentar frases y "bailar" con el lenguaje corporal que
ser un currante que resuelve problemas y genera beneficios.
Acabo
esta entrada con una frase del propio libro:
"Hay
estudios, manuales, teorías, consejos. Mil cosas que dan pautas para que una
selección de personal resulte lo
más adecuada posible. Y aún así no siempre se acierta. Es más el porcentaje de
fracasos es, a mi modo de ver, alto."
Parece que algo falla...
"Sé
el cambio que quieras ver en el mundo". Gandhi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario